martes, 3 de marzo de 2009

GOBIERNO FEMENINO...

Después de escuchar millones de confesiones a través de sus sacerdotes, el Vaticano ha jerarquizado estadísticamente los pecados de hombres y mujeres, y sus conclusiones nos sugieren que el Gobierno de Rodríguez Z es de carácter femenino.
Aunque le disguste al feminismo, algo sabrán los curas tras oír miles de millones de confesiones para afirmar que el pecado más común del hombre es el de la lujuria, y el de la mujer, la soberbia.
Imperfecciones que se manifiestan desde antiguo en todas las sociedades, pese a lo cual aún llamó la atención hace unos años el libro de Robert Kagan “Of Power in Paradise” en el que afirmaba siguiendo a la mitología clásica que EE.UU. era de Marte, dios de la guerra –ya veremos de qué es Obama--, y Europa de Venus, diosa del amor.
La lascivia masculina suele exteriorizarse en la belicosidad al tratar de poseer y dominar a otra parte: José María Aznar fue lujurioso cuando acudió a Irak.
Como Felipe González una década antes cuando ayudó contra Sadam a Bush, padre, y vigorizó en alta mar a los quintos españoles con las minifaldas de Marta Sánchez: lujuria por doble vía.
Rodríguez Z. comenzó venusino, rodeándose de mujeres. Retiró las tropas de Aznar y, dominado por la soberbia de tal triunfo, lleva cinco años coqueteando femeninamente, como cuando, pizpireto, presumía de haber puesto España en la Champions League de la economía mundial y anunciaba que se comería Francia y Alemania en un par de desayunos.
Ahora, claro, por al norte de los Pirineos se ríen del hembrismo zapateril, de sus cinco nuevos parados por cada francés y de sus cuentas de la lechera.
Pero Z sigue proclamando con soberbia femenina que su vicepresidenta vale más que Carla Bruni.

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